Cómo escribir un libro
Desde mi experiencia lo que volvería a hacer para autopublicarme un libro y lo que no haría para tener mi obra en papel.
Escribir es fácil. Como dice el nieto de un premio Nobel de Literatura, tan solo hay que poner sujeto, verbo y predicado.
Ya tienes una frase.
Juntas las suficientes, y tienes un libro.
Fácil.
Entonces, si es tan fácil, ¿por qué un libro se considera una de las tres mayores obras de nuestra vida? (Junto con el árbol y el hijo).

Porque una cosa es que sea fácil juntar palabras hasta llenar 200 páginas, algo que hace cualquier inteligencia artificial a la perfección, y otra muy diferente es que tú, el que ha juntado esas palabras, tenga el orgullo, que digo orgullo, sienta el honor de haber creado la obra.
Que puedas recomendarla a amigos y extraños, que des la cara en el stand de una feria, que hagas decenas de vídeos hablando de tu libro y aún así te guste lo que has hecho.
Eso es lo difícil, estar contento con el resultado.
En mi caso, para estar contento con mi libro autopublicado, Un manual de Vida (para el siglo XXI), me enfoqué en qué me hubiera gustado leer cuando tenía 18 años. Escribí a mi yo del pasado.
Pensé en qué temas me hubiera gustado saber.
En cuáles no conocía y me hubiera venido bien tener alguna noción.
Y qué quería que se llevase mi yo del pasado tras leer el libro.
Por eso escribí un libro de no ficción que aúna la divulgación científica con la filosofía, más allá de la estoica.
Con una prosa directa, irónica y cercana, a veces incluso demasiado cercana.
Quería que tras leer el libro quedasen muy claros varios conceptos sobre la buena vida, el dinero y cómo funciona ahora la sociedad.
Lo más curioso es que con esos 18 años, no me gustaba escribir. Rechazaba todo lo que tuviera que ver con redactar textos y escribir.
Creía que no tenía imaginación para contar historias ni narrar periplos. Aunque, curiosamente, escribía mucho en el IRC y Messenger.
Ahora escribir es una de las cosas que más me gusta hacer. Para este cambio de gusto tan solo he tenido que escribir unos mil artículos de viaje, un libro, e infinidad de textos en chats y redes sociales.
Para escribir un libro, a mi me ha servido ponerme un objetivo, una meta, un propósito, y poco a poco fui hayando el camino que me acercaba, gracias a la palabra escrita, a ese destino.
Dice Stephen King, en su libro Mientras escribo, que para él escribir un libro es como desenterrar un fósil. Según va escribiendo va descubriendo la historia, que se desarrolla ante sus ojos.
Él tan solo es un escriba de los sucesos.
En mi caso me pongo un destino, y veo qué camino me apetece ir tomando hasta llegar a un lugar que me parece bueno. Quizás es el propio destino, quizás no, pero eso da igual, porque mientras los dedos corretean por el teclado, y la cabeza viaja a otros mundos, todo va bien.
Ahora, solo me queda animarte a que empieces a escribir tu propio libro.
Uno que te salga desde dentro. Que quieras dejar como herencia a tus seres queridos y a la humanidad.
Uno que nazca desde tu honestidad y tu bondad.
Solo con eso, ya tienes mucho avanzado.
Que te acompañe la gratitud y la paz en este viaje ✍
pd: Si escribes un libro para ganar autoridad o usarlo como herramienta de marketing, por lo menos haz que sea endiabladamente divertido. El mundo te lo agradecerá.